CUK 35 Primavera 2011 Inicios del siglo XXI: El fin de la comida barata
Inicios del siglo XXI: El fin la comida barata
- Javier Rodríguez, director general de Grupo SADA -
Probablemente muchos de ustedes no sabrán quién es Adnan Nevic (Sarajevo, 1999). Este muchacho fue declarado por Naciones Unidas el ciudadano seis mil millones del Planeta. ¿Por qué lo menciono? Este chico, en apenas doce años, ha asistido a la época de, probablemente, mayor bonanza económica de la historia y a la más profunda crisis desde la Gran Depresión de 1929. Desde la II Guerra Mundial, los alimentos llevaban décadas en suave declive de precios, hasta que a principios de 2005 empezó a subir lentamente su coste acelerando y haciendo techo en 2008, provocando así las convulsiones sociales en más de una veintena de países. De repente, los precios cayeron enmascarados por la Gran Recesión de 2008 y todo el mundo pensó: “¡¡Claro, era solo especulación!!”.
Ahora, apenas tres años más tarde, vemos con preocupación que, de nuevo, los alimentos y las materias primas básicas que sirven para fabricarlos están a precios iguales a los del inicio de 2008. Los mercados de comodities (cereales, maíz, soja, etc.) están sufriendo continuos movimientos al alza, propiciados por los movimientos especulativos de capitales que han entrado en este mundo, y que hacen aquí su negocio. Y ¡cuidado!, especulan, cierto, pero aportan liquidez al sistema. ¡No parecen prescindibles! ¿Qué está pasando entonces? Fácil, están jugando con una demanda superior a la oferta, lo que da lugar a disputa. Los alimentos básicos son finitos, y hay disputa entre los países tradicionalmente asentados en el primer mundo, y los emergentes que están llegando con dinero fresco. Esto propicia la especulación de unos bienes deseados. ¿No lo cree así? Valga como respuesta si alguna vez usted ha oído hablar de Fondos de Capital interesados en los mercados de valor de la berenjena o del calabacín. ¡Ah, qué no! Pues eso. Y, ¿saben por qué hay disputa? Tal vez les oriente saber que Naciones Unidas antes del final de 2011 nombrará al ciudadano oficial siete mil millones del Planeta, desbancando del protagonismo a Adnan Navic. Sumen a esto que se estima que antes del 2050 seremos más de nueve mil millones en el mundo, y tal vez empiecen a pensar que el final de la comida barata está cerca.
En Europa, previsiblemente, empezaremos a notarlo cuando se agoten los tejidos -rurales- agroganaderos de la UE, que están atrapados en un terrible sándwich: un consumidor agotado económicamente y unas materias primas que persisten al alza; y que les está obligando a auto-consumir sus recursos de subsistencia. Cuando la mayoría de lo que comamos en la UE dependa de allende los mares y no sea alimento suficiente para todos en este planeta, ¿qué creen ustedes que pasará? Tal vez haya alguien ya esperando que suceda… ¿Qué podemos hacer? Difícil respuesta, pero de momento se precisa que seamos, como sociedad, conscientes de ello y de que debemos asegurar para nosotros y los venideros que habrá alimento disponible. Hay que proteger nuestra “agro-despensa” europea. ¿Cómo? Ya lo veremos paso a paso, por ahora valdría con tomar la resolución de hacerlo.