CUK 34: Invierno 2011. Crianza de pollos

La recría de reproductores. El inicio de la cadena de producción. En anteriores números de esta publicación hemos intentado describir algunas fases de la cadena productiva que están bajo la responsabilidad del departamento de Producciones Ganaderas de Grupo SADA. En este nuevo artículo vamos a describir de la forma más clara posible uno de los primeros pasos en la consecución de nuestro objetivo final que, como todos sabemos, es la obtención de carne de pollo, con unos estándares de calidad y seguridad acordes con lo demandado por los clientes de Grupo SADA. - Carlos Hernández, Vicente Tallá y Santiago Bellés, Departamento de Producciones Ganaderas Sada p.a. Valencia, S.A. - Dentro del proceso de producción controlado por nuestro Grupo, la recría de reproductores es el primer eslabón de toda la cadena productiva y, como todos os podéis imaginar, tiene la máxima importancia. Pero, ¿qué es la recría de pollitas? Antes de entrar en materia, lo lógico es explicar qué son los reproductores y qué entendemos por la recría de los mismos. Los reproductores son, ni más ni menos, los futuros padres y madres de los broilers; es decir, las futuras gallinas y gallos que, al aparearse, producirán huevos que contendrán en su interior un embrión de pollo. Por lo tanto, el objetivo de esta fase de cría-recría es su correcto desarrollo hasta llevarlos a la edad productiva (fase de producción o puesta) en las mejores condiciones posibles para expresar todo su potencial genético. Algunos datos técnicos Estos animales son alojados con un día de vida en granjas de recría donde el personal debidamente formado y en unas instalaciones adecuadas se encarga de su cuidado. El proceso de recría culminará cuando, alrededor de las 21 semanas de vida, obtengamos unas gallinas y unos gallos con unas determinadas características sanitarias, morfológicas y fisiológicas que les permitan desarrollar todo su potencial. Al alcanzar esta edad serán trasladadas a otras instalaciones (granjas de puesta), donde iniciarán la fase de puesta (precisamente, esta fase será objeto de otro artículo en el futuro). El desarrollo de estos animales siguiendo los estándares y recomendaciones suministradas por las empresas que investigan en el campo de la genética permite hoy en día que cada uno que se consigue recriar en condiciones óptimas pueda producir en un periodo que va desde las 21 hasta las 60 semanas de vida cerca de170 huevos incubables. De ellos, y después de los 21 días de incubación, pueden llegar a nacer más de 140 pollitos por cada gallina en producción. Este dato nos permite hacernos una idea de lo importante que es el correcto cuidado de estos animales. La adecuada recría de los futuros reproductores cumpliendo estrictas normas sanitarias y de control veterinario no sólo influye en la cantidad de pollitos producidos, sino también en su estado sanitario. ¿Cuáles son los objetivos en la recría? El trabajo de los criadores encargados de las granjas, el personal técnico y los servicios veterinarios es conseguir, como hemos nombrado anteriormente, el correcto desarrollo de los animales antes de su traslado a las granjas de puesta. Para ello su trabajo se debe centrar principalmente en los siguientes puntos:
  • Alcanzar los pesos y crecimientos adecuados a esta raza de animales.
  • Tener un lote con una uniformidad lo más alta posible.
  • Obtener lotes de reproductores con un estado sanitario acorde con los parámetros demandados. Para ello es necesario la aplicación de un correcto y completo programa vacunal, la implantación de un estricto protocolo de bioseguridad y el monitoreo continuo por los servicios técnicos y veterinarios de la empresa.
Curva de pesos y uniformidad Como hemos comentado en el anterior punto, una de las principales tareas en el trabajo de recría de reproductoras es conseguir un peso objetivo al final del proceso de recría previo al inicio de puesta. Dicho peso objetivo viene determinado por los proveedores de las pollitas de un día, que son multinacionales dedicadas a la producción de reproductoras pesadas. (Gráficas 1 y 2) Pero no es únicamente importante alcanzar los pesos. Además, para conseguir los frutos deseados, se debe trabajar en otros puntos como es la correcta ganancia de peso semanal y una elevada uniformidad. ¿Qué es esto último? La uniformidad es un dato estadístico con el que se busca conocer el porcentaje de individuos que está entre el +/- 10% del peso medio del lote. Es un indicador de la dispersión de peso de los animales respecto al peso medio de la manada o lote. Cuanto más elevado sea el dato de la uniformidad, menor será la dispersión de pesos, y tanto mejor para conseguir los objetivos que nos marcamos para la fase de puesta. Alcanzar una elevada uniformidad es vital, porque a lo largo del proceso de recría uno de los principales objetivos es conseguir que la mayor cantidad posible de animales estén en el peso recomendado y sin grandes diferencias entre ellos. Aunque esto es importante, también valoramos la conformación corporal, no queremos tener pollitas bajitas y regordetas ni muy altas y delgadas. Deben ser uniformes también en aspecto morfológico. El objetivo principal en la búsqueda de esta homogeneidad antes del traslado es por varias razones:
  • Que alcancen la madurez sexual la mayor cantidad de animales a la vez.
  • Que la diferencia de peso y tamaño entre hembras y machos sea la adecuada.
¿Cómo se consiguen los objetivos ? Para poder conseguir que los animales se encuentren dentro de los estándares, los futuros reproductores se mantienen bajo un programa de alimentación controlada. Las cantidades de pienso suministrado a los animales se modifican semanalmente para poder ir alcanzando los crecimientos que aparecen en las tablas de pesos semanales. Para conocer este dato los animales son objeto semanalmente de un control de peso y uniformidad, para ir adaptando las raciones que se les suministran al peso buscado. Para controlar el desarrollo sexual, además del peso, se regula la iluminación, tanto en intensidad lumínica como en periodo de luz (horas de iluminación diarias), ya que pretendemos que todas las pollitas que conforman el lote de producción alcancen la madurez sexual en el mismo momento y a la edad adecuada, puesto que un adelanto o retraso en llegar a la madurez sexual trae consecuencias negativas desde el punto de vista fisiológico y productivo. El programa sanitario y de vacunación Entendemos como programa sanitario de una explotación ganadera todas aquellas acciones o medidas que van encaminadas a preservar la salud de los animales que se encuentran alojados en ella. El programa sanitario comprende los siguientes puntos: 1. La valoración de los materiales y equipos, asegurándonos de que el diseño de los mismos permite su correcta limpieza y desinfección, y es adecuado para el correcto desarrollo de los animales. 2. Las actuaciones sanitarias de carácter general, que son todas aquellas acciones que se realizan para prevenir de forma general la aparición de todas las enfermedades que puedan afectar a los animales albergados en la explotación, e incluyen: los protocolos de limpieza, desinfección, desratización y desinsectación; controles de la alimentación y del agua de bebida; controles diarios realizados por el responsable de los animales; frecuencia de visitas de control veterinario; registros de documentación; y procedimientos de actuación ante la aparición de patologías. 3. Las actuaciones sanitarias de carácter especifico, que son todas aquellas acciones encaminadas a la prevención de enfermedades concretas que pueden afectar a los animales alojados en nuestra explotación, y que incluyen: el control de enfermedades sujetas a comunicación o declaración oficial, el plan de chequeos o analíticas rutinarias y los planes de vacunación y tratamientos preventivos. 4. Las medidas de bioseguridad: que son aquellas barreras físicas y normas de actuación que van encaminadas a impedir la entrada de agentes patógenos a la explotación. Todos estos puntos están detallados pormenorizadamente en cada granja y son supervisados por el veterinario responsable de la explotación. Al igual que las personas, que nos ponemos la mayoría de las vacunas en la edad infantil, en las gallinas, también, las vacunas se las ponemos en la edad “infantil o juvenil”; es decir, en la fase de cría-recría, antes de las 21 semanas de vida. Esto lo realizamos en este momento, porque pretendemos proteger a nuestras aves en la fase adulta frente a una serie de enfermedades, y también para que transmitan protección a su descendencia, los pollitos, a través de defensas trasferidas a través del huevo. Respecto al programa vacunal, vamos a realizar algunos comentarios: 1. ¿Para qué sirven las vacunas? Sirven para estimular el sistema inmunitario de los reproductores, para que nos entendamos, sirven para entrenar las defensas de los animales contra los patógenos. 2. ¿Qué enfermedades prevenimos? Prevenimos las enfermedades que puedan afectar a los propios reproductores y las que puedan padecer sus pollitos. No existen vacunas contra todas las enfermedades, por lo tanto, la disponibilidad comercial de vacunas limita las enfermedades frente a las que podemos proteger a nuestras aves. 3. ¿Qué tipos de vacuna se usan? Existe básicamente dos tipos de vacunas: las vivas o atenuadas, compuestas por microorganismos vivos que han sido modificados en el laboratorio de tal manera que van a ser inofensivos para los animales, pero que van a provocar en ellos la producción de armas defensivas frente a futuros ataques de estos gérmenes, entrenándolas de esta manera frente a posibles infecciones producidas por los microorganismos de campo; y las muertas o inactivadas, que, como su nombre indica, están compuestas por microorganismos muertos o trocitos de los mismos, capaces de generar inmunidad en el organismo. Las vacunas vivas pueden ser aplicadas a todos los animales a la vez, bien en agua de bebida, spray o gota al ojo; y las vacunas inactivadas deben ser aplicadas mediante inyección individualizada a cada reproductor. 4. ¿Contra qué vacunamos? Las vacunas que apliquemos en cada granja van a depender de multitud de factores como es la época del año, situación geográfica de la granja de recría, situación geográfica de la granja de puesta y destino de los pollitos procedentes de los huevos de estos reproductores. Por todo ello debe estar en permanente revisión y consensuado con los responsables sanitarios de las explotaciones destino de los pollitos que nacerán de los huevos de estas gallinas. La correcta aplicación del programa vacunal nos permite ser más eficientes en la cría de los reproductores y en el engorde de su progenie, evitando la aparición de patologías que nos obligue a utilizar fármacos terapéuticos, proveyendo a nuestros mataderos de pollos sanos y garantizando la seguridad alimentaria. En conclusión, tal como hemos indicado, la fase de cría-recría de las pollitas reproductoras es crucial en nuestra cadena productiva, y los controles que establecemos son extremadamente rigurosos y exhaustivos. Todas las personas involucradas en las tareas realizadas en esta fase están perfectamente formadas e involucradas en la responsabilidad que tienen, ya que no se pueden permitir fallos debido a que éstos tendrían un efecto multiplicativo en las fases siguientes. Es el inicio de nuestro negocio y, desde aquí, ya trabajamos para conseguir la producción de un alimento (carne de pollo) saludable, seguro y respetuoso con el bienestar animal y el medio ambiente.