CUK 32: Verano 2010 Comercial Castaño

“El pollo Cuk es uno de esos alimentos que, una vez se degusta, no defrauda nunca” En la localidad asturiana de Noreña está situada la nave de Adolfo Castaño, un amplio centro que sirve de sede a su compañía de distribución. De este modo, con muchos años de experiencia tras de sí, su negocio se ha expandido y diversificado incluso fuera de nuestras fronteras. - Juan Ortiz - Se puede decir, sin errar en la valoración en lo más mínimo, que la vida de Adolfo Castaño está íntimamente ligada al negocio de los comestibles desde su misma juventud. Su historia personal comenzó en Langreo, cuna asturiana que le vio nacer allá por el año 1938. Tiempo después, apenas cumplidos los veinte años, llegó a Noreña para realizar el servicio militar y para encontrarse, por casualidad, con un amigo cuyo padre trabajaba en la representación de un tipo de pollo en particular para toda la región de Asturias. En aquel entonces Castaño había dirigido un negocio familiar consistente en una pequeña tienda de comestibles, y se aventuró, a través de este contacto tan cercano, a convertirse en un representante comercial para la venta de pollos en las cuencas de Langreo y Mieres. “Recuerdo con cariño cómo durante mi primera semana de vendedor logré distribuir catorce cajas de pollo. Para mí era todo un orgullo, y me sirvió para empezar a mejorar y aprender poco a poco todos los detalles y curiosidades de la comercialización de este tipo de ave”, comenta. Con el paso del tiempo, cuando la situación económica en las cuencas mineras decayó y el futuro en la región se vio en gran medida limitado, este emprendedor decidió trasladarse a Noreña, con vistas a continuar con su negocio en un nuevo ámbito que ofrecía mayores posibilidades. “A los pocos días de llegar a la capital, tuve la suerte de conocer a José Cadenas, en aquel entonces director de los mataderos de Sada en las ciudades de Castro y de Valladolid. Desde su dilatada experiencia me alentó en mi nueva andadura, ya que pensaba que Noreña era un emplazamiento excelente para hacer una distribución de pollo óptima para toda Asturias”. Así, ya en 1990 su compañía Comercial Castaño proveía a las grandes superficies de Hipercor y Alcampo, junto a los establecimientos locales de la cadena El Árbol. DE LA DISTRIBUCIÓN A LOS PLATOS PREPARADOS Sin embargo, lejos de conformarse con lo que hasta entonces había logrado, después de su éxito en la distribución decidió embarcarse en un nuevo proyecto. “Como muchos establecimientos de la zona nos demandaban productos elaborados, fundamentalmente de carne de cerdo, hace unos años decidimos poner en marcha una nueva línea de negocio”. Así fue como se gestó el principio de la compañía de platos preparados y embutidos naturales Proaza, una fabrica que alcanza los mil kilos de comestibles elaborados cada día. El sabor de sus condimentos y la gran calidad de los productos empleados han hecho de esta marca todo un referente en la gastronomía asturiana. Y es que, como afirma este empresario, “en el norte existe una cultura muy asimilada por la alta cocina y por el placer de conseguir un sabor único. No es como en otras regiones del país que, sin mucho tiempo a disposición, se prefiere lo rápido sin pararse a reconocer los matices”. De este modo, y tras cuatro años de funcionamiento en beneficiosa progresión, ya están pensando en ampliar su gama de variedades exquisitas, incluso importándolos a otros países europeos, entre los que se encuentra el pollo Cuk. PRODUCTOS DE PRIMERA CALIDAD Precisamente, en relación a este tipo de pollo, Adolfo Castaño no tiene dudas al respecto. “Los clientes del pollo Cuk son tremendamente fieles a su calidad. Es un ave que tiene un sabor único, diferente, muy suave y que se deja nota, a diferencia de otras marcas mucho más insulsas”. A esto el empresario añade: “Aquí en el norte se come una poco más fuerte y bastante sazonada, picante gusta mucho. Por eso es esencial que los productos base sobre los que se prepara cada plato cocinado sean de la más alta categoría, y el pollo Cuk es uno de esos alimentos que, una vez se degusta, no defrauda nunca”. Para concluir, este empresario infatigable y vital termina valorando: “Lo primero para llevar a la práctica un negocio de éxito es ser honesto y honrado con los clientes. Y después hay que ofrecer un buen servicio a través de la mejor calidad posible. A lo largo de todos estos años, Grupo SADA ha sido un compañero más a la hora de lograr esta meta”.