CUK 34: Invierno 2011 Escuela de Hostelería Alcalá Restauración Pollo de Alcalá

“Los clientes agradecen la calidad del pollo que servimos” Con tan sólo diez años de vida, la Escuela de Hostelería Alcalá Restauración Pollo de Alcalá se ha convertido en uno de los restaurantes de moda de Alcalá de Henares (Madrid). La elaboración del pollo asado con una receta propia, la posibilidad de albergar eventos, la impartición de cursos gastronómicos y una clientela fiel son las claves de su éxito. - David Marchal - Cuando hace unos meses Ana Congost decidió coger las riendas de la Escuela de Hostelería Alcalá Restauración Pollo de Alcalá, de la que hasta el momento sólo tenía un porcentaje de la compañía, y continuar en solitario con este proyecto, ya sabía que no iba a ser una tarea fácil. A pesar de que este restaurante especializado en pollo asado lleva ya una década dando de comer a los alcalaínos, Ana sentía que necesitaba dar otro pequeño impulso al negocio. "Nosotros proveníamos de Barcelona y cuando empezamos nos costó bastante introducir el pollo asado en Madrid. La gente no tenía ese tipo de cultura. Incluso, debíamos ir por la calle regalando muslos de pollo", recuerda. Sin embargo, en un año las cosas comenzaron a cambiar y el establecimiento empezó a ser conocido y reconocido por sus platos. Se especializaron en el pollo asado con manzana, las patatas, las croquetas caseras y la sangría de cava. Espacio cultural Ahora, con el cambio de rumbo que Ana le ha dado al negocio, no sólo ha introducido nuevos platos como los pimientos, el jamón, el queso, el cocido alcalaíno o el rabo de toro, sino que también ha empezado a explotar más el componente cultural de su restaurante. "Cuando nos vinimos a Madrid, el arzobispado de Alcalá de Henares nos ofreció este local que, aunque era considerado un monumento histórico-artístico, estaba en ruinas, para que lo remodeláramos y pusiéramos en marcha el negocio. Eso sí, siempre y cuando albergáramos algún tipo de actividad cultural o de enseñanza. Desde entonces allí se celebran presentaciones de libros, cante flamenco, actividades teatrales, clases de baile… Y a partir de ahora también se ha convertido en una escuela de hostelería en prácticas de posgrado. De hecho, durante estos meses celebra sus primeros cursos que incluyen formación y prácticas con conocidos profesionales del mundo gastronómico, sin duda, uno de los reclamos para que los clientes visiten más el restaurante. Pollo de calidad El otro aliciente que sigue haciendo que cada día se llenen sus mesas es la calidad de los productos que venden. Para ello, desde hace poco más de un año, la Escuela de Hostelería Alcalá Restauración Pollo de Alcalá confía en Grupo SADA como proveedor de pollos. "Conocimos el producto de Grupo SADA y vimos que la relación calidad-precio era muy buena. Por eso empezamos a trabajar con ellos", comenta Ana. De hecho, según la dueña de la empresa, “los clientes agradecen la calidad del pollo que les servimos. Además, como tenemos las cocinas de cara al público, es importante dar una buena imagen del producto con el que trabajas. Es fundamental que no venga con moratones”. En  este sentido, Grupo SADA se ha ganado su total confianza. “Desde siempre el pollo ha llegado en muy buenas condiciones y aplicando correctamente el peso acordado", añade. Finalmente, continúa, "tengo que destacar la buena labor tanto del departamento comercial como de la gerente de la delegación de Madrid. Tenemos un trato muy bueno y espero que podamos trabajar mucho más juntos". Además, Ana es consciente de que ha encontrado el equilibrio perfecto entre un producto de calidad y una receta que requiere ese tipo de alimento. “Hacemos un pollo especial que llamamos “al curry”, por ser una de las especies que incorpora. Se adoba un día o dos antes, se le añaden hierbas, limón, ajo, y una vez que se pone en el asador, va con manzana y aceite de oliva, algo que no es muy habitual, y se riega con la salsa constantemente. Todo esto no sabría igual si utilizáramos otro tipo de pollo", puntualiza. Público infantil Precisamente, este alimento es el preferido de su público más fiel: los niños. Desde que abrió sus puertas organiza un concurso de dibujo para ellos y tiene mesas pequeñas para que puedan pintar y colorear a su gusto. "Ésta es otra muestra más de que nos motiva el componente cultural que queremos darle al restaurante. Y los niños se lo pasan en grande", comenta. De hecho, de los 300 comensales que pueden tener un domingo, casi un tercio es público infantil.